miércoles, 6 de abril de 2016

LA POSTURA CORPORAL Y LAS EMOCIONES

La postura corporal, especialmente la buena postura corporal puede afectar emociones y pensamientos, mejorar tu salud emocional y mental.
Nuestra psiquis y nuestro cuerpo están claramente relacionados, y no puede haber una actitud emocional o un estado anímico que no sea expresado por el cuerpo.


Cuando estas cansado, todo tu cuerpo lo refleja, no importa si es cansancio mental o por trabajo físico, igual se refleja y todos pueden darse cuenta de que estas fatigado o fatigada.
Una persona cabizbaja, hombros proyectados hacia delante, espalda curvada, brazos caídos sin balanceo, región abdominal prominente, rodillas semiflexionadas, y que realiza una marcha arrastrando los pies es sinónimo de una persona abatida, triste, fracasada y pesimista.

 Una postura inversa esta vinculada a un estado de ánimo de felicidad, autoseguridad, y confianza.


Por ejemplo la ansiedad tiene su reflejo corporal en una importante contracción de los músculos flexores del cuerpo. Un estado de estrés o tensión se expresará en nuestras mandíbulas (mandíbulas apretadas), en nuestras cervicales, cuello, trapecios y en una respiración superficial y un hundimiento de la caja torácica se relacionará, en la mayoría de los casos, con una autoimagen desmejorada de sí mismo.
No podemos pretender que una persona que no confía en si misma vaya erguida por la vida y que su postura corporal refleje afirmación. Nos sentiremos seguros si podemos apoyarnos en nuestra estructura corporal (ósea) y si tenemos bien los pies firmes en el suelo. Una posición inestable de la pelvis creará descompensaciones e inestabilidad en el resto de la estructura corporal, lo cual se traducirá en una inestabilidad en nuestra manera de movernos por el mundo y un comportamiento inseguro que dejará huella en nuestro organismo.

El enojo genera unas claras tensiones en la cara, en las mandíbulas, en los músculos del cuello y de los hombros.


Nuestro cuerpo es congruente consigo mismo en ese sentido, si tienes una buena postura corporal, influyes en tus propios pensamientos y en tus propias emociones, confías en ti mismo y en tus capacidades, se activan recursos mentales que no sabias que existían y actúas en concordancia con una sana autoestima y confianza en ti mismo.
Ser conscientes de la relación entre nuestra postura corporal y nuestra forma de pensar y lo que sentimos es sumamente importante para generar un cambio positivo en nuestra vida.


Corrige la posición de tus hombros, la inclinación de tu cabeza, cuida que tu barbilla este paralela al suelo, saca el pecho y endereza la espalda, nota como incluso respiras más profundo pues ya no tienes los pulmones presionados con tu mala postura.

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Procuren también analizar cómo están sentados, al trabajar o en una entrevista, cuando están con personas en una situación casual, acostúmbrate a sentarte con la espalda recta y mirando a los ojos, levanta el mentón, poco a poco empezarás a mantener una buena postura en cualquier situación.

Después lo que necesitas hacer es prestar atención en cómo van cambiando tus emociones, tu mentalidad, prueba cuando estés algo deprimido o inseguro, y corrige tu postura, pretendiendo que estas alegre y confiado, que tienes mucha confianza en ti mismo, en ti misma, mantén esa postura por lo menos 3 minutos -toma el tiempo si es necesario- y pon atención en como va cambiando tu estado de animo y la manera en que piensas.
Cuando nos sentimos mejor, nos vemos mejor, cuando nos vemos mejor, somos más atractivos o atractivas y eso tiene una repercusión directa en nuestra confianza y autoestima, si cuidamos nuestra postura corporal constantemente, nos llevara quizás un par de meses hacer un hábito permanente el tener una buena postura corporal, no solo al caminar, al estar de pie, sino al sentarnos, al estar trabajando, etc


Por ultimo, hay que cambiar el dialogo interno, ese dialogo que tenemos con nosotros mismos día tras día y sin parar, pon atención al tono que tiene ese dialogo interno contigo mismo, ¿es positivo? ¿es desalentador? ¿es un “no voy a poder” constante? o quizás ¿es un “quiero lograrlo” ardiente? ¿es una voz que te da confianza? procura siempre hablarte en positivo, y recuerda que si bien el cambio tomará un tiempo en quedarse como un hábito permanente, si no persistes nunca lo lograrás
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Ellen Goldman nos da unas indicaciones de cómo influir en este cambio postural y consecuentemente emocional:

Ser consciente de tu postura correlacionándolos con tus pensamientos
Valorar si los pensamientos (sentimientos) son útiles y/o eficaces
Intentar, si es necesario, tomar una nueva actitud
Introducir un sentimiento de cambio en el cuerpo

Utilizar la postura para ayudar a generar sentimientos positivos.




EL TRABAJO CON LAS EMOCIONES Y SENTIMIENTOS EN LA MEDITACIÓN

Durante la meditación es posible que ciertos pensamientos sean la fuente de emociones o sentimientos que pueden apoderarse de la experiencia.
hazte consciente de cualquier sentimiento o estado de animo intenso como el deseo, la ira, la alegria, la inquietud, la tristeza o el miedo. Deja de lado la respiración y siente esa emoción lo mas plenamente que puedas.
 Si es tristeza, sumérgete en ella y la etiquetamos como "tristeza" "tristeza" hasta que se disuelva, a lo mejor aparece otra que estaba escondida en esta, como por ejemplo "soledad" "soledad". Podemos sentir esto hasta que se trasforme.
Podemos observar en profundidad la ira de tal modo que nos permita aceptarla sin prejuicios, y eso puede ser el primer paso hasta la comprensión de ese sentimiento y el inicio de nuestro camino hacia el perdón.
 Si surge una situación de miedo, puedo decir "miedo" "miedo" y ver como afecta al cuerpo, ¿ donde lo siento? ¿que le ocurre a mi respiración?
 Podemos estar inquietos y decir "inquietud" "inquietud" y ser consciente de que nadie se ha muerto por estar inquieto y seguir sentado quieto, a pesar de la inquietud, observándola hasta que la inquietud pase.
Quizás surja la mente deseosa y empiece a llamarnos la atención con deseos de comida, o de bebida o de cualquier otra cosa. La mente es como un niño pequeño que no para de pedir. La etiquetamos como "deseo" "deseo" y vemos que es parte de la naturaleza de la mente, y dejamos que los deseos pasen.
También pueden surgir resistencias de la mente en forma de aburrimiento, somnoliencia, pensamientos como "Esto es muy difícil" "yo no podré nunca" "mi mente siempre esta divagando" "no debería estar aquí". 
Solo hay que estar atento, observando, y cuando el sentimiento pase, nos conectamos con la siguiente respiración.  Y también ser consciente de cuando desaparece una emoción. 
 Y volver de nuevo, frente a todo eso, a centrarse en la respiración, en tu cuerpo, en los sonidos de los que eres consciente y en los vaivenes de tu corazón.

1 comentario:

  1. Me gustó, estoy en un momento complicado y esto de alguna manera me ayuda a recordar que poniendo una definición a mi emoción y esperar a que pase con ayuda de la consciencia de mi postura me da nuevos elementos, gracias

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