Una manera de mantener la concentración en los ejercicios respiratorios, es convertirlos en un ejercicio de chi kung.
El chi kung une a la respiración, el movimiento físico y la intención.
RESPIRACIÓN
DE PURIFICACIÓN
Puedes hacer este ejercicio en cualquier posición,
realiza una respiración completa y mantén cómodamente el aire unos segundos,
cuando sientes el deseo de espirar forma un pequeño círculo con los labios y
echa el aire con cierta fuerza dejándolo salir poco a poco. Paramos y
continuamos hasta expulsar todo el aire de los pulmones.
Es un ejercicio que además de una sensación de relax proporciona una tonificación de la musculatura que interviene en el proceso respiratorio. Se percibe una sensación de frescor, de vigor general y purifica los pulmones al eliminar los gases residuales y toxinas.
Es un ejercicio que además de una sensación de relax proporciona una tonificación de la musculatura que interviene en el proceso respiratorio. Se percibe una sensación de frescor, de vigor general y purifica los pulmones al eliminar los gases residuales y toxinas.
La práctica que te proponemos a continuación es una variante sencilla de la técnica Schultz y si sigues los sencillos pasos que se te indican podrás alcanzar niveles insospechados de tranquilidad y paz interior.
Ni que decir tiene que puede ser utilizado en cualquier momento que nos apetezca, pero es especialmente útil cuando hemos llegado a un nivel de estrés, inquietud o miedo insoportable o que nos desborda.
Apréndete los pasos para poder realizarlos después al máximo.
El ejercicio es así:
Paso 1: preparación
Ha de buscarse un lugar donde podamos estar totalmente tranquilos sin que nada ni nadie nos moleste.
Es recomendable desenchufar los teléfonos y pedir silencio en la casa si la compartimos con alguien en ese momento.
Después ha de crearse un ambiente silencioso y con luz muy tenue.
Vale la luz de la velas, o dejar que entre un poquito de luz en la habitación.
A continuación ha de escogerse una posición lo más cómoda posible: puede ser tumbado o sentado.
Elegiremos en aquella que sabemos que no estaremos molestos.
Cuidado si se escoge la posición tumbada porque uno podría dormirse enseguida, y ahora no buscamos eso.
Paso 2: instauración de la tranquilidad
Comienza el ejercicio fijando en tu mente las palabras clave Estoy completamente tranquila.
Estas palabras deben ser o pronunciadas o mentalizadas todas las veces que haga falta hasta que se hayan interiorizado.
Esto significa que a medida que las hayas pronunciando deben empezar a hacerte sentir mejor, más tranquilo y sosegado.
Pasarán así de ser unas simples palabras a convertirse en un estado de ánimo.
No sigas al siguiente paso, hasta que las palabras se hayan transformado en el estado de ánimo.
Paso 3: fase de pesadez
A continuación fijaremos en nuestra mente las palabras clave Mis… piernas son pesadas. Esto quiere decir que a medida que lo dices o lo piensas tu cuerpo va asimilando las palabras y transformándolas en una sensación de pesadez real.
Debes realizar este proceso con todas las partes de tu cuerpo.
Te recomendamos sigas un orden ascendente para no perderte.
No sigas al paso siguiente hasta que las palabras hayan transformado la idea en una sensación real de pesadez en todo tu cuerpo.
Paso 4: fase de calor
En esta fase las palabras clave serán Mi pierna derecha está caliente.
El calor produce la relajación de todo el cuerpo, así que al igual que en el paso anterior, convertiremos estas palabras en una sensación real en nuestro cuerpo.
Debes realizar este proceso con todas las partes de tu cuerpo.
Te recomendamos sigas un orden ascendente para no perderte.
No sigas al paso siguiente hasta que las palabras hayan transformado la idea en una sensación real de calor en todo tu cuerpo.
Paso 5: fase de regulación respiratoria
Ahora, después de haber relajado los músculos y regulado la actividad del corazón llega el momento de normalizar la respiración.
Para ello utiliza las palabras clave Mi respiración es tranquila.
Una vez más debes conseguir que las palabras dejen de ser simples ideas y se conviertan en una sensación real.
Si necesitas respirar profundamente en algún momento, siéntete libre de hacerlo.
No sigas al paso siguiente si tu respiración no lleva un ritmo tranquilo y natural.
Paso 6: fase de regulación del plexo solar
En esta fase las palabras clave son Mi plexo solar irradia calor.
El plexo solar es toda la zona del aparato digestivo y que suele estar siempre revuelta en casos de estrés o de miedo.
El calor tranquilizará esta zona y te ayudará a alcanzar un mayor grado de relajación. Repite las palabras hasta que se conviertan en una sensación corporal real.
Paso 7: fase de regulación cerebral.
Aquí relajaremos la actividad cerebral concentrándonos en la frente.
Las palabras claves son Frescor agradable sobre la frente.
Repite una y otra vez esas palabras, mentalmente o en voz alta, hasta que la cargazón cerebral haya desaparecido.
Cuando lo hayas conseguido ya habrás terminado el ejercicio.
Tras conseguir alcanzar el paso 8 estarás totalmente relajado y tranquilo.
Te asombrará la calma que emanarás.
Después ten en cuenta que no podrás volver rápidamente a la vida agitada, así que descansa un ratito y ve recuperando el vigor con leves movimientos, enciende la luz y acostúmbrate a ella, bebe un vaso de agua, etc..
. Palabras claves a recordar:
1-
Estoy completamente
tranquila.
2-
Mis…(piernas, brazos,
etc)… son pesadas.
3-
Mi…( pierna derecha, etc)
está caliente.
4-
Mi respiración es
tranquila.
5-
Mi plexo solar irradia
calor.
6-
Frescor agradable sobre
la frente.
LA OBSERVACIÓN DE LOS
PENSAMIENTOS EN MEDITACIÓN.
Normalmente intentamos cortar el
flujo de pensamientos en la meditación, pero en este caso vamos a dejar que
fluyan y observar esa fábrica de pensamientos, que es la mente. Como si fuéramos
espectadores de una película que se desarrolla en una pantalla en blanco. Es
curioso que cuando queremos observar esos pensamientos, deciden esconderse y
desaparecer, pero si nos mantenemos firmes en la observación aparecerán de
nuevo.
El objetivo de
la meditación consiste simplemente en cobrar conciencia de los recuerdos y de los planes o de cualquier otro acontecimiento
momentáneo generado por la mente.
Poco importa la frecuencia con
que nos distraigamos o la duración de nuestros pensamientos. Lo que realmente
importa es el momento en que nos hacemos conscientes de que estábamos pensando.
Por ejemplo, cuando tomamos
conciencia de los diferentes tipos de pensamientos, podemos etiquetarlos y
decir internamente cuando el pensamiento trata sobre el pasado “recordar” o, “planificar” si trata sobre el futuro, o si
aflora una emoción, podemos decir “emoción”
dependiendo el tipo de pensamiento o emoción que aflore.
También podemos estar atentos a
cuando comienza un pensamiento, como se desarrolla y como termina. Lo importante
es darnos cuenta que nosotros no somos esa película, si no el observador. La conciencia
pura y cristalina mas allá de la mente.
La libertad comienza cuando te das cuenta de que no
eres «el pensador».
Cuando escuchas un pensamiento, no sólo eres consciente del
pensamiento,
sino también de ti mismo como testigo del pensamiento.
En el momento en que empiezas a observar al
pensador, se activa un nivel de conciencia superior.
Entonces te das cuenta de que hay un vasto reino de
inteligencia más allá del pensamiento,
y de que el pensamiento sólo es una pequeña parte de
esa inteligencia.
También te das cuenta de que todas las cosas verdaderamente
importante—la belleza, el amor, la creatividad, la alegría, la paz
interna—surgen de más allá de la mente.
Empiezas a despertar Cuando tu conciencia se
dirige hacia fuera, surgen la
mente y el mundo.
Cuando
se dirige hacia dentro,
alcanza su propia Fuente y regresa a casa, a lo No Manifestado.
Cuando te rindes a
lo que es
y estás plenamente presente, el pasado
ya no tiene ningún poder.
Entonces
se abre el reino del Ser,
que había quedado oscurecido por la
mente.
De
repente, surge una gran quietud dentro de ti, la
sensación de una paz insondable.
Y
en esa paz hay una gran alegría. Y dentro de esa alegría hay amor.
Y
en su núcleo más interno está lo sagrado, lo
inconmensurable, Eso que no puede ser nombrado.